Una expedición de científicos rusos que trabajaba en una isla del Ártico encontró los restos de un mamut hembra congelado a 100 metros bajo hielo. Semen Grigoriev que es el jefe del equipo, relató que “Cuando rompimos la capa helada que cubría su abdomen, fluyó sangre, muy oscura. Es el caso mas sorprendente que he visto en mi vida”.
Los expertos creen que la sangre se mantuvo líquida porque el mamut cayó a un pozo de agua o un pantano, probablemente, hasta la mitad de su altura, mientras que el resto del cuerpo se congeló.
Este gran descubrimiento abre las puertas a la posibilidad de clonar un animal que se extinguió hace 3700 años.