Un estudio publicado en el Journal of the Royal Socity Interfac afirma que el acto de aplaudir es contagioso y que el tiempo de duración depende del número depersonas que este ovacionando.
Se necesitan muy pocas personas para que un grupo más grande comience a aplaudir, pero con tan solo 2 o 3 personas que cesen el grupo también parará.
”Usted siente la presión social de empezar a aplaudir, y una vez ha comenzado a hacerlo, hay una presión igualmente fuerte para no detenerse, hasta que alguien comienza a parar”, ”La presión proviene del volumen de los aplausos en la sala más que por lo que haga la persona que está sentada a su lado“.
En un experimente una persona empezó a aplaudir 2,1 segundo después de que finalizara una breve exposición, tan solo 0,8 segundos después el resto de la sala estaba aplaudiendo al unisonó.